Eres mi apoyo, mi sostén
brisa fuerte y suave a la vez
eres donde habita mi alma confiada
desde que me dijiste que me amabas.
Eres respeto, fidelidad, dulzura,
pasión, seducción y locura
eres delicadeza y ternura
pero a la vez plomo y cordura.
¡Tú! Mi Mujer.
Eres un río de agua pura
mostrando su dulzura
al ver el reflejo de tu alma
en lugar de mi rostro entre las aguas.
Eres parte de mi ser
yo mismo tal vez
cuando confundo nuestros cuerpos
en las alas de nuestro querer.
¡Tú! Mi Mujer.
Eres una escultura viviente
una beldad sin fin,
eres una obra de arte
creada por Dios, para mí.
Eres el motivo de envidia
de las rosas y el clavel
porque aparte de tu belleza
tu cuerpo me sabe a miel.
¡Tú! Mi Mujer.
Eres el fin de mi querer
el comienzo del placer
eres el centro de mi vida
eje de todo mi ser.
Eres a quién quiero de compañera
aunque caiga nieve en tu cabellera
y el andar de tus pasos se acorten
para alargar tu vereda.
¡Tú! Mi Mujer.
©Yolanda Quiroz
Del libro IMPRESIONES de Yolanda Quiroz, 1996
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