"Amor del Rocío". Un Poema de Yolanda Quiroz; una Composición Musical de Luis Fernando Aguilar

Hoy quiero compartir con todos ustedes uno de mis poemas publicados en mi libro "Impresiones", titulado "Amor del Rocío". Navegando por el internet encontré por casualidad una hermosísima pieza musical del afamado guitarrista clásico "Luis Fernando Aguilar" que me ha dejado impactada por el ritmo, destreza y técnica que utiliza al tocar su guitarra. Este tema lleva por nombre "Amor del Rocío" al igual que mi poema y siento que es el complemento perfecto. 

Con ustedes "Amor del Rocío", el poema y el tema musical para que lo disfruten a plenitud.

"Amor del Rocío"

©Yolanda Quiroz

Bastó tan solo una mirada

para que yo me enamorara

bastó tan solo con yo verte 

y desearte por siempre.

Sería tu forma de mirarme

tal vez tus ojos color miel

o sería tu perfume masculino

que despertó mi cuerpo de mujer.

Fue como un hechizo, una magia

o quién sabe una palabra mágica 

no sé explicarme que pasó 

pero ese día conocí el amor.

Sentí tus labios por mi boca

cuando me preguntabas, no sé que cosa

sentí tus manos por mi piel

cuando me pedías un simple papel.

Yo no sé que me pasó

nunca me había sentido así 

solo recuerdo que desde que te vi

el amor surgió en mí.

Me dejaste locamente enamorada

al decir "Adiós" cuando te marchabas.

Viví un romance de locura

que tan solo duró lo que el rocío dura.

Pero fue tan bello este querer

del cual yo sola me enteré 

que aunque tal vez no te pueda volver a ver

tu perfume de hombre perdurará en mi piel.

©Yolanda Quiroz

Extraído del libro IMPRESIONES de Yolanda Quiroz, 1996

"Amor del Rocío" 

Luis Fernando Aguilar

Quimeras

"¡Tú! Mi Mujer". Es el Poema que toda mujer quiere escuchar del hombre que ama. Autora: Yolanda Quiroz

Eres mi apoyo, mi sostén 

brisa fuerte y suave a la vez 

eres donde habita mi alma confiada 

desde que me dijiste que me amabas.

Eres respeto, fidelidad, dulzura, 

pasión, seducción y locura 

eres delicadeza y ternura 

pero a la vez plomo y cordura.

¡Tú! Mi Mujer.

Eres un río de agua pura 

mostrando su dulzura 

al ver el reflejo de tu alma 

en lugar de mi rostro entre las aguas.

Eres parte de mi ser 

yo mismo tal vez 

cuando confundo nuestros cuerpos 

en las alas de nuestro querer.

¡Tú! Mi Mujer.

Eres una escultura viviente 

una beldad sin fin, 

eres una obra de arte 

creada por Dios, para mí.

Eres el motivo de envidia 

de las rosas y el clavel 

porque aparte de tu belleza 

tu cuerpo me sabe a miel.

¡Tú! Mi Mujer.

Eres el fin de mi querer 

el comienzo del placer 

eres el centro de mi vida 

eje de todo mi ser.

Eres a quién quiero de compañera 

aunque caiga nieve en tu cabellera 

y el andar de tus pasos se acorten 

para alargar tu vereda.

¡Tú! Mi Mujer.

©Yolanda Quiroz 

Del libro IMPRESIONES de Yolanda Quiroz, 1996

"Después de lo Vivido", un poema de Yolanda Quiroz

"Después de lo Vivido"
©Yolanda Quiroz

Para qué ser más indiferente
si te tengo tan presente.
Por qué seguir ocultado
éste amor que nos llena tanto.

Cómo puede ser posible
que delante de la gente
nos comportemos fríamente
torturando nuestas mentes.

Cómo hacer a mi cuerpo entender
que se trate hoy de contener
después de anoche probar la miel
que poro a poro, me brindó tu piel.

Cuando tus besos sin calma
trasportaron mi alma
a un mundo de ensueños
de pasiones y deseos.

Después de llenarme de alegría
y estremecer mis sentidos
al llevarme a la cima
qué ahogaba mis gemidos.

No puedo ser más indiferente
después de lo vivido
Mi cuerpo no lo entiende
y yo, ya no soy el mismo.

© IMPRESIONES de Yolanda Quiroz, 1996

"MADRE", un poema de Yolanda Quiroz. Dedicado a todas las madres.

Regaste tus raíces

en aquellas tierras malas

buscando el alimento

para darles a tus ramas.

Con esmero y sacrificio

llegaste alimentarlas 

y mientras más crecía la planta

más pesada era tu carga.

Fuiste tronco duro y firme

sin importar lo que pasara

no hubo brisa que tumbara

una sola de tus ramas.

Creaste fuente inagotable 

de cariño y buen ejemplo

ganándote el respeto 

en aquel terreno seco.

Y dieron flores tus ramas

para embellecer tu alma

y para llenarte de orgullo

ellas te dieron frutos.

Tu misión esta cumplida

DIOS te ha bendecido

hoy tus ramas te dan las gracias

porque buena MADRE tu has sido.

©Yolanda Quiroz

  IMPRESIONES, pag. 25

"Superstición de Amor", un poema de Yolanda Quiroz

Una pestaña caída 
un deseo a pedir 
quién me quita la esperanza 
de juntos volver a vivir.

Un zumbido al oído 

parece que hablas de mi 

ojalá que me perdones 

y olvides que te hice sufrir.

Unos dedos cruzados 

a escondidas de ti 

y por dentro rezando 

pidiendo que vuelvas a mi.

Una promesa pendiente 

a un santo por ahí 

una vela encendida 

hasta que me digas "Si".

Una medalla bendita 

me vendieron en Baní 

juntó con dos piedrecitas 

para que pienses en mi.

Una herradura de caballo 

en el camino me encontré 

con eso y mi pata de conejo 

esta noche dormiré.

Y con la primera agua de Mayo 

yo me bañaré 

esto y más yo haré 

para que a mi quieras volver.

Una estrella fugaz 

difícil de encontrar 

no importa si traerá 

mi amor una vez más.

Un hilo atado al dedo 

para acordarme de mi 

porque sólo vivo pensando 

en juntos volver a vivir.

Yolanda Quiroz 

©Impresiones, "Superstición de Amor", 1996

"Detritus del Pasado" un poema de Yolanda Quiroz

Se me rasgó tu nombre en una mañana lánguida 

aislando mi instinto de tus entrañas.

Me encontré con tintas entre los dedos

manchando líneas en un simple cuaderno.

Esculpí un grito que no llegó a ser tangible

se licuó y rodó bañando mi vista triste

Y ésta parsimonia excesiva de tus caricias 

me lanzó al ángulo opuesto que conforma tu vida.

Abdiquè al imperio de tus besos 

por no escuchar un "Te Quiero" a tiempo.

Desarraigué a sangre fría lo que mi cuerpo sentía

porque te di mi vida y no la merecias.

Ahora te vislumbro un alma triste 

queriendo buscar lo que un día perdiste 

pero ya tu nombre fue rasgado 

y hoy descansa en los "Detritus del Pasado".

©Yolanda Quiroz

Copyright IMPRESIONES, 1996

"The Window", a poem by Yolanda Quiroz

In the vast depth

of the sad eyes of a child 

profound is the sigh of the night

when he is waiting at his window.



At home, empty pots

are empowered by the shadow

Stain of the inhuman misery

The same one that clouds his window.

His almost naked little body

dirty and slightly deformed

has again attacked his guts

causing him deep sorrow

he whimpers a sad cry.

Meanwhile the night becomes longer

his hope slowly waning 

even though the child says nothing

He wonders if all children 

have a window at home.

Suddenly, his small teeth corrupted

and attacked by hunger and poverty

become visible in the shout that drowns

the glimpse of whom he expected.

When the child sees him 

coming through the door

There is no need for questions or answers

the child lowers his gaze

and hungry again, he goes to bed.

 © IMPRESSIONS, IMPRESIONES by Yolanda Quiroz, 1996

"Calla y Dime" un poema de Yolanda Quiroz

Me dices con el alma
con los ojos, con las manos,
con la sangre que tu vista derrama,

dices tantas cosas sin hablarme de nada

que se pierde el idioma, se olvidan las palabras.

Calla, pero dime.

Mi piel quiere escuchar lo que tu piel declama

versos de amor que le recita al alma

para que perduren en nuestras aguas

como corriente contínua, como roca tallada.

Sigue así, no hables nada

porque las palabras se las lleva el alba

solo duran lo que tardas en articularlas

y se secan como rocío en las plantas

al darles el sol la cara.

Dime, dime una vez más lo que tu estás sintiendo

todo el tiempo que por mi has esperado

con el solo hecho de acariciar mi pelo

con esa mirada que desgarra a mi alma

o tal vez al poseer mi cuerpo.

Calla, no quiero oír más palabras lindas

palabras expuestas por extraños

que han perdido el valor con los años

palabras vacías hechas de cal y arcilla

que las disgrega el aire y se las lleva el viento.

Omite esos pronombres, esos viejos verbos

escuchar lo que tu sangre me dice, eso quiero

oír el latir de tu corazón inquieto;

porque todo eso que dice hoy tu cuerpo

me endulzara el mañana de hermosos recuerdos.

Calla, pero dime

con cada fibra de tu cuerpo

con la lengua misma articulando un beso

con tus brazos tiernos estremeciendo el cimiento

de nuestro amor y sentimiento.

Silencio, no hables nada

tallemos con firmeza nuestras almas

conjuguemos nuestros cuerpos

para que perduren los recuerdos

como corriente contínua, como sello de acero.

Calla y dime

porque no todo el que habla, dice.

No todo lo que se dice, fue hablado.

El oído del que ama escucha

sólo el lenguaje del otro cuerpo enamorado.

©Extraído del libro "IMPRESIONES" de la autora Yolanda Quiroz, 1996